🦪🚐 Parte 2: en busca de la ostra económica
Continuamos con el segundo hito que todo viaje gastronómico debería tener: descubrir una nueva receta.
Bueno, que sepas que hoy casi incumplo mi promesa y no mando la newsletter. Ha sido una semana muy loca, un vídeo mío se ha hecho algo así como viral en TikTok y he descubierto algo: hay asturianos que no son nada simpáticos. Total, que aunque desee tirarme en el sofá a ver una peli y comer palomitas, antes dejo los deberes hechos y así puedes seguir confiando en mí. Let’s go!
¿Por dónde íbamos? ¡Ah, sí! La semana pasada pasaron 3 cosas:
Te hablé sobre el roadtrip de 2.000 kilómetros que hice para conocer un lugar maravilloso donde las ostras son baratas, el vino blanco frío y bla, bla, bla.
Te conté que hay 5 hitos que todo viaje gastronómico debería cumplir.
Te compartí cómo cumplí yo el primer hito: comer en un lugar espectacular.
Una vez refrescadas las memorias, vayamos con el segundo hito que todo viaje gastronómico debería tener:
Estábamos más contentos que unas pascuas paseando por San Juan de Luz porque es un lugar de escándalo: el día era soleado, la decoración es de cuento, los árboles todavía mantenían las flores… ¡Había incluso un mercadillo callejero! ¿Te acuerdas de la escena de “Enredados” donde Rapunzel pasa el primer día en el pueblo y unas niñas le hacen una trenza? Pues así me sentía yo.


El caso es que el hambre apretaba y yo tenía claras tres cosas:
Que tenía que probar los mejillones tan famosos de esta zona.
Que el lugar sería La Taverne Basque.
Que el vino para acompañarlos sería “Habla del mar” que se pasa ocho meses sumergido en la bahía de San Juan de Luz antes de salir al mercado.
Pero amigas, amigos, en la vida hay que aprender a dominar el bello arte de la flexibilidad mental porque en el restaurante no tenían ni “Habla del mar” ni mis ansiados mejillones. Pelillos a la mar: pedimos otro vino, la parrillada donde venían algunos mejillones (casi hubiese preferido no probarlos porque estaban deliciosos pero eran poquísimos) y un plato que nos llamó la atención: la cassolette de chipirons.
Y aquí me detengo, porque esa receta (que viene a ser cazuela de chipirones a la parrilla) llevaban una cosita que no nos esperábamos: chips de chorizo. Y no sé si sabes cómo le va el chorizo a los chipirones (si es que es hasta satisfactorio decir las dos palabras juntas, mira, prueba a decir en alto “chipirones y chorizo”) pero hacen una pareja digna de novela romántica.
El caso, que probar aquello fue algo totalmente inesperado que me dejó con unas ganas increíbles de compartir el descubrimiento. Como ya es costumbre, he robado la receta con lo que me pareció detectar en el plato y hoy la comparto contigo (ahora que somos cómplices en esto sígueme en mi Instagram y etiquétame cuando decidas probar la receta en tu casa). Allá va:
Para 4 personas:
1 kg de calamares frescos
20 lonchas de chorizo
3 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharadita de pimentón
3 dientes de ajo
3 ramitas de tomillo
Sal
Pimiento de Espelette (o chile en su defecto).
Ten en cuenta que los chipirones se cocinan bastante rápido, así que ten en mente que es una receta rápida que no debería durar más de 8 minutos en el fuego, ¿vale? Bueno, pues lo primero son las chips de chorizo: coge las 20 lonchas (o las que quieras, vaya, ya que te pones) y caliéntalas en el horno a 200º durante 7 minutos (ve echando un ojillo por si están listas antes).
Después de haberle pedido a tu pescadero que limpiase los calamares, échalos a la plancha ligeramente engrasada hasta que se doren. En ese momento añade las chips de chorizo y rehógalo todo junto un par de minutos a fuego medio. Pasado ese tiempo incorpora el aceite junto con el ajo picado, el tomillo y el pimentón. Prueba y echa la sal que consideres así como el pimiento de Espelette.
¡Y listo!
Me despido por hoy. La semana que viene nos vemos con el tercer hito que todo viaje gastronómico debería tener: comprar gastronomía local (de esas cosas que en España es un producto gourmet pero que ahí lo encuentras por cuatro duros en Aldi). Espero que te haya gustado la receta y que si vas a San Juan de Luz tengas más suerte que yo con los mejillones ;) Te dejo un vídeo resumen del viaje en esta zona para tu relax:
¡Ale, mordisqueando, que es gerundio!